viernes, 19 de abril de 2013

Oxalis tetraphylla, falso pero bonito "trébol de la suerte"

Flores de Oxalis tetraphylla
Nunca hubiera imaginado que los Oxalis me acabarían llamando la atención. El principal motivo de mi desinterés hacia ellos, por extraño que parezca, es que siempre he visto esta planta como una "maleza atractiva" dado que en mi región, el Oxalis pes-caprae, el "agret" (llamado así por su sabor agrio, similar al limón, causado por una sustancia que puede llegar a ser tóxica en altas cantidades), inunda los cultivos de naranjos de manera espectacular. Sus hojas verdes de tres folíolos forman alfombras que cubren a modo de césped muchos huertos y que, para beneficio del agricultor, retienen bajo sí una humedad muy beneficiosa para los árboles. Sin embargo, a las plantas autóctonas no les debe hacer mucha gracia que este invasor sudafricano no les deje crecer en un lugar que ya les es adverso, pues les ha quitado terreno natural y encima se las elimina con herbicidas periódicamente. Herbicida que, dado al hábito tuberoso del Oxalis, no parece dañar demasiado a éstos, que rebrotan todos los otoños.

Es por ello quizá que no ha sido hasta este año cuando he introducido en casa al que debe ser el más conocido de los Oxalis aparte del Oxalis triangularis de hojas moradas: el Oxalis tetraphylla, que quizá le suene más a la gente por su nombre antiguo -con el que todavía se vende-, Oxalis deppei. Su nombre comercial es "Iron Cross", o "Cruz de Hierro", nombre del cultivar doméstico al que tenemos mayor acceso y el cual se debe a la mancha oscura del centro de las hojas. En el mundo hispano es más conocido como "trébol de la suerte", aunque técnicamente no es un trébol verdadero, pues este nombre se atribuye a unas plantas de la familia de las leguminosas, los Trifolium, frecuentes y con varias especies en mi región, cuyas hojas tienen sólo tres folíolos; precisamente, el hecho de encontrar un ejemplar mutado que tenga cuatro hace que sea "especial". Los Oxalis tetraphylla no requieren de mutaciones para ello, pues vienen "de serie" con cuatro folíolos en cruz.

Hojas en detalle
Mi decisión de introducir a estas plantas en casa se gestó en otoño, a la espera de adquirirlos hacia la primavera cuando los supermercados LIDL (que como véis llevo muy controlados) los trajesen en su colección de bulbos. Y es que, aunque los Oxalis tetraphylla en realidad no brotan de bulbos, la verdad es que su aspecto es tan similar que se les considera plantas bulbosas, y de la misma manera se procede con ellas, aunque por definición lo suyo sean tubérculos y no todos los miembros del mismo género los tienen iguales. En Oxalis pes-caprae parecen cebollitas lisas; en Oxalis bowiei se asemejan a chalotas muy alargadas, y en Oxalis triangularis podría decirse que se parecen a boniatos muy delgados y alargados con una estructura similar a una trenza. En Oxalis tetraphylla parecen unos bulbos al uso recubiertos de una piel fibrosa, como se ve en la foto.

A esto hay que añadir que el crecimiento de la planta no es el propio de los bulbos. En Oxalis con tubérculos con aspecto de bulbo, esto es, en forma de gota de agua, no encontramos en su base el origen de las raíces: éstas brotan a la vez que los tallos desde el extremo más puntiagudo. Así pues, hilando fino, los Oxalis no son plantas bulbosas dado que ni sus órganos son iguales a los verdaderos bulbos o cormos ni todos los miembros de la familia poseen órganos de reserva similares, como sí suele ocurrir con los tulipanes, azucenas, gladiolos, jacintos y narcisos. Son, pues, vivaces tuberosas.

La historia de estas plantas en mi terraza de momento es breve, pero ya van por delante de muchas otras especies. Llegaron a finales de febrero y fueron plantadas a principios de marzo. A finales de ese mismo mes, protegidas bajo la rejilla de rigor para evitar ser masacrados por los gorriones, crecieron hasta toparse con ésta. Mi primera sorpresa es que sus hojas eran más grandes de lo que esperaba. Me la jugué y, como la maceta estaba muy llena, la dejé al descubierto. De momento los gorriones apenas los han tocado -cruzo los dedos- y la maceta luce frondosa y sin hojas totalmente rotas. Quizá los altos peciolos y las grandes hojas hacen difiícil el acceso a los hostiles alados.

Tubérculos listos para plantar
Las hojas tienen un tamaño notable, unos 5-7 cm. de anchura, y se articulan como en otros Oxalis, plegándose cuando hay mucha luz y abriéndose cuando ésta se retira. En las plantas cultivadas, la hoja es verde vivo con el centro color púrpura, dibujando la "Cruz de Hierro"; a lo visto, la especie original sólo tiene una línea transversal zigzagueante de este color en cada folíolo.. Las flores, contrariamente a las hojas, me han parecido más pequeñas de lo que esperaba. Morfológicamente se asemejan a las de O. pes-caprae, redondeadas, aunque son de un bonito color rosado intenso, casi rojo.

Veo por la red que esta planta muchas veces cae en manos de gente que pretende cultivarla como planta de interior. Nada más lejos, las plantas en dichas condiciones sufren la falta de sol y crecen alargadas y feas; si a eso le sumamos que suelen estar encharcadas, muchas no vuelven a emerger tras perder la parte aérea debido a terribles pudriciones que acaban con ellas. Mis plantas reciben menos agua que el resto de vivaces y no lo acusan en absoluto: de momento están perfectas con sólo un riego semanal. Si noto decaimiento cuando haga más calor, disminuiré este intervalo.

Nos encontramos pues ante una planta que con unos sencillos cuidados alegrará cualquier rincón que tengamos disponible para ellas. Las mías todavía comienzan a florecer ahora -aunque sólo han tardado un mes desde la plantación- pero auguro que en meses próximos, la combinación de hojas y flores en gran cantidad puede ser especialmente bonita.

1 comentario :

  1. Muchas gracias por compartir! Al igual que tu tengo vigilados los lidl y muchas veces llevo plantas porque las tienen en condiciones horribles. Buena suerte con tus plantitas! :)

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