jueves, 30 de mayo de 2013

Cerrando mayo

Espuela de caballero doble
Acaba el mes de mayo y como no podría ser de otra forma, esta semana ha vuelto a tener particularidades meteorológicas algo inesperadas. La semana pasada se esperaba lluvia y no la hubo, pero esta semana de la que aún quedan tres días ha tenido lluvia en dos ocasiones. Si bien en Sueca, mi ciudad de residencia, la lluvia del lunes fue mucho más intensa y vino acompañada de granizo -que con seguridad no hubiera sido nada bueno que cayese en la florida terraza-, en Cullera fue más débil (ni la mitad de milímetros precipitados) y sólo agua. Alargué más de la cuenta la segunda visita, que no se ha producido hasta hoy jueves, y justo esta madrugada también han caído unas gotas, pero hace ya tanto calor que ni siquiera se ha notado más que por el hecho de haber llenado tres o cuatro veces la regadera con el agua de lluvia acumulada en algunos recipientes.

En general, posiblemente estas dos lluvias son las que han atenuado un poco el calor y los breves episodios de poniente que ha habido en los días centrales. Apenas lo han acusado las plantas, las de siempre: la Gaillardia aristata me preocupa un poco, porque sus hojas cuelgan lacias como un girasol cuando le falta agua, y se suponía que era una planta que no tenía problemas con la sequía. De hecho, cuando eran más pequeñas siempre permanecían vigorosas. Las flores que están a punto de abrirse se ven bastante bien y los tallos no se doblan con la sequedad, pero aún así he apartado un poco la maceta a un lateral de la terraza para quitarle algún rato de sol directo.

Carraspiques enanos y agerato
El contenedor-jardinera sigue viento en popa y, lo más emocionante, empiezan a aparecer botones florales de plantas que a priori no soy capaz de reconocer: lo mismo pasa con algunos tallos y hojas, que no seré capaz de identificar hasta que florezcan. Van dejando de hacerlo las Vaccaria hispanica, y las Gypsophila elegans batallan como pueden con el intenso calor; se abren los primeros acianos, las zinnias 'Liliput' toman la delantera frente a sus primas mayores y por fin veo asomar los pétalos de la neguilla, aunque parece que se toma su tiempo en abrirse, de manera similar a como lo hicieron sus parientes las Vaccaria. De entre las cada vez más secas margaritas de Livingstone, que todavía abren espectaculares flores a diario (algunas bastante grandes) empiezan a aparecer plantas ahora que encuentran hueco, después de aprovechar la humedad que aquéllas cobijaban. Algunas de estas plantas son los carraspiques enanos (Iberis umbellata f. nana), con un aspecto un tanto decepcionante que, digamos "no se parece a la foto" del sobre de semillas.

Astilbe 'Glut' floreciendo
Los ageratos vuelven a dominar la altura media del contenedor como el año pasado, con sus vaporosas umbelas de capítulos, y sólo dos antirrinos altos mantienen de momento sus flores en este rincón. En la maceta que éstos ocupan por completo, florecen al fin las dos espuelas de caballero (Consolida ajacis) que resultan ser de flores dobles. Aunque no lo indique claramente en el sobre de semillas, de la marca Vilmorin -la que venden en Leroy Merlin- donde sólo aparece como "Espuela, variada" (parquedad en estado puro), en este caso sí vemos que lo que aparece en la foto son plantas de flor doble. Veremos si las semillas de la otra mezcla dan plantas de flor simple, más bonitas por su original aspecto y, de paso, si sale alguna azul, pues estas dos me han salido rosa.

En la parte de semisombra, en las ya maltrechas macetas de anémonas donde éstas ya parecen haberse retirado a descansar, los eneldos (Anethum graveolens) han tomado la zona y se levanta un ejemplar que, a falta todavía de que se abran las flores, supera el metro de altura: teniendo en cuenta que las macetas están elevadas a la altura de la cintura, el ejemplar sobrepasa varios centímetros mi cabeza. Nunca había tenido uno igual, y de hecho, los ejemplares que le acompañan le llegan apenas a la mitad. Sigo regando porque la planta es tremendamente delicada con la falta de humedad y se dobla enseguida, y ya se sabe que con este tipo de plantas bastan unas horas calurosas de más para que el tallo sufra alguna lesión y no vuelva a levantarse.

Oxalis triangularis
Los Oxalis triangularis florecen a todo ritmo y por fin puedo tenerlos al descubierto, pues parece que los gorriones comienzan a ignorarlos. Los Oxalis bowiei tienen las hojas maltrechas, aunque imagino que, al tratarse de una especie de floración otoñal, no será raro que pierdan todas las hojas ahora y entren en latencia estival para volver tras las lluvias otoñales. Los Oxalis tetraphylla sigue floreciendo aunque las hojas permanecen casi siempre plegadas por el calor. Entre ellos, las aguileñas híbridas y alpinas siguen sacando alguna flor, la última si cabe algo más tímidamente, pero se encuentra a rebosar de cápsulas de semillas.

Los guisantes de olor que habían reanudado inesperadamente su crecimiento empiezan efectivamente a mostrar alguna flor, mientras la pasionaria (Passiflora caerulea) parece que vaya a cruzarse en su camino trepando por la misma reja. En el otro lado, el Astilbe 'Glut' entra en su fase final de floración y no se adivina ninguna otra vara floral de momento. La dicentra cada vez acusa más el aumento de calor y las hojas comienzan a secarse, aceleradas de bien seguro por el sol que, altísimo en el cielo, ya llega a incidir en su hasta ahora bien resguardado rincón.

Vaccaria hispanica hace una semana
Comienzan a aparecer las primeras flores de la alfalfa (Medicago sativa) que habrá que ver cómo se desarrollan, pues la planta no levanta cabeza mientras el sol apriete (quizá debería pensar en moverla a la semisombra), y eso que es una planta eminientemente campestre que crece allá donde caiga la semilla. Ya tuve que hacer eso con el alquejenje (Physalis peruviana), que aún así es bastante delicado con la falta de agua. No obstante, ha prosperado bastante en el rincón sombreado y no deja de florecer e incluso mostrar ya algún fruto, habiendo triplicado su tamaño respecto al verano pasado pero perdiendo las hojas bajas a medida que gana altura. Habría que hablar en plural, pues hay dos plantas en la maceta.

Entre las plantas ubicadas a pleno sol, se aprecia un reverdecimiento en la clavelina Dianthus deltoides, pero parece que todavía le costará un tiempo florecer. Lo mismo pasa con la bella de día (Convolvulus tricolor), que no deja de hacerse grande pero ni siquiera muestra todavía botones florales. El que sí ha empezado a florecer por sorpresa es un pequeño cactus del que ni siquiera sé la especie, la cual intentaré averiguar cuando las flores estén abiertas. Por su tamaño, era el que menos esperaba que lo hiciese -sólo tengo otros dos cactus, un Ferocactus y un Opuntia monacantha que posiblemente llevan conmigo más de diez años.

Gypsophila elegans
También en el contenedor de las bulbosas hay movimiento. Tres de los gladiolos enanos empiezan a asomar sus espigas, aunque me da la impresión de que las flores no van a salir impecables ni durar mucho, pues las brácteas ya tienen mala pinta, arrugadas y resecas. Muestran una buena roseta de hojas también las Liatris spicata, las cuales creo que en un futuro sacaré de allí, pues prefiero tenerlas aparte aunque se comporten exactamente como bulbosas (con una larga latencia de otoño a primavera). También crece una anémona, o al menos algo muy parecido, que no tengo ni idea cómo llegó allí. Asoma una flor que parece roja o rosada: sólo se me ocurre que me cayese algún pedazo de las anémonas de 2011-2012, las cuales eran de color rosado y blanco y no he visto aparecer en las macetas de anémonas, o que incluso me confundiera y la hubiera plantado ahí. Aún así, es curioso porque la planta ha brotado tarde y es muy grande a pesar de estar a pleno sol -ya se sabe que algunas plantas en semisombra crecen algo más para captar más luz. Ni idea, habrá que verla.

En estos momentos, con el calor instalado entre nosotros de manera patente, parece que finalmente habrá que hacerse a la idea de que el verano se acerca implacable. En estos momentos la mayor preocupación será mantener bien irrigadas las plantas que seguirán mostrando sus mejores galas durante varias semanas más e ir pensando ya en nuevos proyectos para el otoño, pues con todo más o menos situado y la enorme variedad y cantidad de semillas acumuladas, no es descabellado ir pensando ya en preparar la temporada de 2014 de manera que sea más espectacular y gratificante que esta que, de momento, no va nada mal.

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