lunes, 23 de febrero de 2015

Sopla que te sopla

Rhodanthe chlorocephala var. rosea
Parece que cuando el viento se empeña en soplar, no nos libramos de él durante media estación, sea invierno o primavera. Ya hemos tenido episodios bastante severos de poniente y gregal, y a lo visto esta semana esa será la dinámica otra vez. Durante el fin de semana ya he recogido varias veces algunas cosas que el viento de gregal ha tumbado o arrastrado debido a que desde esa dirección sí consigue colarse por el frontal de la terraza. Ayer, sin ir más lejos, tuvimos rachas de mistral superiores a los 60 km/h., y el único cambio que se espera para esta semana es el de dirección: de poniente-mistral por lo menos hasta el viernes.

Anemone coronaria 'De Caen'
Pero el viento no es lo único que nos depara la meteorología. El sábado salió un día con intervalos nubosos y alguna llovizna matinal poco o nada apreciable, o totalmente nula en el caso de Cullera. Fui a regar, que buena falta hacía con tanto viento y el aumento de las temperaturas -y, por supuesto, el aumento de la demanda hídrica de unas plantas cada vez mayores- y nada más abandonar Cullera, conduciendo de vuelta a Sueca, estalló una breve tormenta con rayos, truenos, lluvia intensa y hasta granizo de pequeño tamaño que me dejó preocupado por si rompía alguna de las flores que están apareciendo. Hoy compruebo que los daños han sido inexistentes: es más, el granizo me pilló ya en Sueca y fueron sólo 5 mm. precipitados en unos pocos minutos, mientras que en Cullera cayeron la mitad. Nada que ver con aquella granizada que dejó blanca la terraza en segundos, en una fecha similar pero hace dos años, que sorprendentemente sólo rompió alguna hoja sin  provocar daños de mayor relevancia.

Crocus tommasinianus 'Barr's Purple'
Entre tantos altibajos atmosféricos, las plantas continúan su carrera hacia la primavera y no dejan de sorprenderme con sus nuevas apariciones cada 48 horas. Las más rápidas en hacerlo son aquellas bulbosas que florecen al poco de emerger de bajo tierra, como los muscaris y crocus. Durante estos días se han ido abriendo los gráciles Crocus tommasinianus, a quienes echaba de menos desde hace dos años, y algunos de los amarillos C. chrysanthus. Asoman más Muscari armeniacum, Pseudomuscari azureum y Crocus sieberi, especie que el año pasado ya tuve y arruiné por falta de cuidados. Esta vez espero disfrutar de ellos en todo su esplendor.

Muscari armeniacum
Con las anuales es un poco más fácil saber qué esperar porque las flores tardan en desarrollarse semanas. Hoy por fin abre sus flores una de las Rhodanthe chlorocephala, especie que el año pasado conseguí tener a duras penas pero sólo vi, por pura aleatoriedad, un ejemplar de capítulos blancos. Este año ha aparecido la variante rosada y no puedo estar más contento: su aspecto es más rico, con las brácteas rosadas que parten de una base blanca y el disco de flores tubulares con un tono tostado que contrasta con el amarillo de los estambres, algo similar a lo que ocurre con algunas variantes de Brachyscome iberidifolia, pariente y paisana de esta Rhodanthe. Veremos también si se repite la extremada duración de los capítulos, puesto que el año pasado estuve viendo al mismo abrirse día a día durante más de dos meses. Son muchas las compuestas que se cierran cuando se va la luz, pero el caso de esta especie es el más patente, cerrando bien apretadas las brácteas que simulan ser pétalos.

Oxalis pes-caprae
Hay más anuales floreciendo o en trámites de hacerlo, pero hoy todavía no las he encontrado del todo dispuestas, con lo que quizá tenga que esperar a finales de semana para disfrutar de ellas. Sí encontramos a pleno desarrollo una de las clásicas vivaces de la terraza, la Anemone coronaria 'De Caen', que si bien ya comenzó a florecer hace alrededor de una semana, las dos primeras flores salieron deformadas con pétalos reducidos, hasta que surgió este ejemplar de color morado y gran tamaño. Sigo encontrando que el sustrato donde las tengo tiene un drenaje tan exagerado que no hay manera de mantenerlo húmedo más de dos días, y eso que todavía estamos en invierno. Vienen varias flores más, que serán una lotería de color puesto que este año conviven los restos de las plantas de la temporada anterior más un montón de tubérculos adquiridos en ALDI la primavera pasada que guardé pacientemente hasta el otoño.

Armeria maritima
En el rincón de semisombra los Oxalis pes-caprae siguen siendo los únicos en lucir palmito con sus flores mientras algunos bulbos se encuentran en camino. Este año la presencia de vivaces en este punto será algo menor y de momento he trasladado a gran parte de las azucenas y a las clemátides allí, para comprobar si esto sirve de mejora. Ahora todavía no llega el sol tanto como llegará en primavera, a pesar de que en la zona abierta de la terraza ya se deja ver durante más rato debido a que comienza a rebasar el edificio que limita con la parte trasera de la casa. Se trata de un intento de suavizar las condiciones durante el periodo de crecimiento de estas plantas, que suelen estar verdes y florecientes de cara a o dentro mismo del verano y en ocasiones pueden verse perjudicadas por la intensidad del sol.

Además de la semana ventosa que nos espera, las temperaturas siguen con su esperado ascenso y sólo el frío que transporta el viento rebaja un poco la calidez, que ya va acercándose a los 20ºC diarios durante la transición de la mañana a la tarde. La belleza de las flores tiene un precio, y es que ya va llegando el momento de volver a la tónica habitual y traer decenas de litros de agua en cada visita, sacrificio que sin duda vale la pena.

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