jueves, 31 de octubre de 2013

Termina un mes de octubre loco

Prunella grandiflora
Desde luego, este octubre de 2013 ha dado mucho que hablar. Encadenando un septiembre cálido y seco, que no tuvo precipitaciones más allá de cuatro gotas insignificantes que cayeron durante la primera semana, octubre entró por la puerta grande de los récords comenzando con un primer día de mes a casi 35ºC, seguido de tres días más llegando a los 30ºC. Cuando parecía que esos episodios iban a quedar atrás, el día 16 se volvían a alcanzar esas temperaturas y, para no dejar de sorprendernos, este mismo domingo día 27 el termómetro llegaba de nuevo a esa cifra. A todo eso hay que sumarle que los días previos y posteriores a esos picos de temperatura no suelen bajar de los 27ºC de máxima. En resumen, que hemos tenido un mes de octubre con una media de máximas superior a los 27ºC y una media de mínimas por encima de 18ºC. Eso, de otoño tiene poco: de hecho son los valores típicos de los meses de mayo, y este año, en el que mayo todavía estuvo dentro de la dinámica de la primavera fresca que tuvimos, octubre ha sido más cálido que mayo, como si fuesen papeles invertidos.

Oxalis bowiei
Cuando llovió a finales de agosto y titulé una entrada como "El esperado cambio de tiempo", me estaba precipitando sin saberlo. Aliviado por la ayuda que habían supuesto esos días y litros de lluvia, que cortaron de golpe el verano, pensaba que iba a pasar como en 2012, cuando tras unas lluvias similares, las temperaturas bajaron y se estabilizaron en un tiempo más suavizado. Sí, realmente el paso de agosto a septiembre supuso una bajada sustancial de las mínimas, pero la sensación de que el verano realmente no había terminado nos ha acompañado hasta nada menos que el fin de semana pasado. Los meteorólogos han debido de estar volviéndose locos todo el mes ante las preguntas de la gente, como "¿cuándo lloverá?" o "¿cuándo vendrá el frío?". La lluvia fue imprevisible y en nuestra zona cayó concentrada en una sóla noche, con 81 mm. en Sueca y entre 11 y 38 en Cullera, según puntos. Todas las previsiones aproximadas que hubo a lo largo del mes, salvo la mencionada, acabaron quedando en días nublados y lluvias que pasaban de largo. Resulta paradójico, pero las cifra precipitada harían que la media mensual fuera igual o superior a otros años... pero la realidad es otra, y bien simple: ha llovido mucho un día, y ha hecho calor el resto. Eso "no vale", puesto que otros años no ha sido tanto la cantidad precipitada, sino los temporales, días nublados y el enfriamiento general lo que ha hecho que octubre tenga más pinta de lo que es: la llegada del otoño.

Calendula officinalis
Justo cuando escribo esta entrada se ha hecho efectiva otra previsión meteorológica, y es que a partir de la noche del martes entraba un frente frío que iba a colocar al termómetro en sus valores normales para esta época, lo que supone bajadas tan radicales que algunas máximas equivalen a las mínimas de días pasados. Así, ahora ya podemos disfrutar de agradables tardes a sólo 20ºC y el día amanece a 10-15ºC. Sólo espero que los próximos vaivenes de la temperatura no vuelvan a traer subidas marcadas, porque sería ya una locura. Se podría decir pues que este 2013 ha tenido un septiembre de 61 días de duración e invertido, es decir, con más calor en la segunda mitad que en la primera, pero con 1/4 menos de lluvia de la habitual.

Con las plantas, una de cal y otra de arena. El alargamiento del tiempo veraniego ha hecho que muchos hongos hayan seguido proliferando y los ocasionales capítulos de vientos del oeste y del sur unidos al implacable sol han sido momentos peligrosos en los que las plantas más pequeñas han sobrevivido de milagro. La peor parte es que el contenedor ha progresado de manera totalmente desequilibrada, con unas plantas sembradas en septiembre tan crecidas que muchas están floreciendo -caléndulas, nomeolvides chinas, zinnias y zinnias de México- o a punto de hacerlo, y una segunda siembra en octubre que empezó relativamente bien pero ha acabado dejando de nuevo mucha superficie aclarada ya que algunas plántulas no han conseguido prosperar en un ambiente tan seco y caluroso.

Tricyrtis formosana
El lado bueno sería, obviamente, que muchas de las plantas recién sembradas en esta etapa se han ganado unas semanas extra de tiempo primaveral y han crecido mucho. Los lupinos 'Russell' han triplicado su tamaño en un mes, y la gran mayoría de semilleras mantenidas aparte que sembré entre finales de agosto y mediados de septiembre han alcanzado un tamaño ideal para pasar el invierno -en el caso de las perennes- o para florecer antes de que haya poca luz y calor. Por ejemplo, las que mayor talla han alcanzado son los girasoles Helianthus debilis, una especie nueva que estoy probando y que de momento se ha hecho más grande que los Helianthus annuus que he tenido este año. Tengo dos, y uno de ellos ya muestra el primer capítulo entre las hojas del ápice. En teoría esta especie es un girasol ramificado, y así debe ser pues las plantas tienen un brote emergiendo en cada axila de cada hoja. Junto a uno de ellos planté zinnias y están floreciendo esta semana, pero he tenido que arrancar casi todas, pues a partir de los primeros signos de floración se empezaron a secar. No tengo ni idea de qué ha pasado, pero sospecho que, por un lado, el girasol les ha robado todos los nutrientes (éste está inmaculado) y posiblemente las plantas no se enterraron bien al brotar y a cada riego las raíces quedaban removidas y al aire, dañando a la planta. Los hongos e insectos han hecho el resto. Al menos alguna flor he visto, casi todas rojas.

Martynia annua
En lo respectivo a las perennes y vivaces, los Oxalis bowiei parecen haber llegado a su pico máximo de floración y han empezado a bajar el ritmo levemente. Los Oxalis triangularis, por su parte, siguen de manera más sostenida, con muchas hojas y alguna vara floral ocasional. Las aguileñas, sobre todo las alpinas, siguen todas con hojas. De las adquisiciones del mes de septiembre no puedo estar más contento, pues todas las plantas han aumentado su tamaño: la Prunella grandiflora acabó floreciendo desde los pedúnculos que traía al venir a casa, aunque parece que la floración es muy breve -quizá por no ser su época-; también la edelweiss nueva ha encontrado ocasión para florecer, en una estación en la que no le corresponde. Las demás mantienen una roseta de hojas muy tupida, salvó quizá el Astilbe chinensis var. taquetii, que parece haber dejado de crecer hace días. Nada raro en principio, pues es una planta con descanso invernal y quizá incluso pierda toda la parte aérea en lo que queda todavía para primavera.

Zinnia roja
Hay plantas que parece que no tengan ninguna intención de abandonar. Sería el caso de las Gaillardia aristata, que siguen floreciendo y fueron sometidas a una "limpieza" (cortar los capítulos secos) hace poco para que vuelvan a llenarse de flores. A la Ratibida columnifera le corté los tallos, que habían crecido totalmente laterales este verano, aprovechando que vi la roseta basal muy desarrollada. La planta parece estar regenerándose desde abajo: la he cambiado de sitio, con más sol ahora, con la intención de que los próximos tallos con flores crezcan verticales y luzcan adecuadamente. Por su parte, todavía muchos antirrinos altos -que ya tienen un año de edad- siguen floreciendo en tallos radiales que rodean la espiga principal de esta primavera; además, han aparecido plantas adventicias en la maceta de los edelweiss (los cuales no sé si han sobrevivido), que son los que aparecen en la foto. De los dos de porte bajo he perdido uno, el rosado, con poco más de un año de vida pero sin dejar de florecer ni una sola semana desde que abrió su primera flor. He dejado crecer algunas de las plantas que surgieron de las semillas que cayeron al suelo y algunas ya están a punto de florecer, aunque parece que esta vez no serán rosadas. El pequeño antirrino blanco "hermano" del anterior sigue con flores y acaba de cumplir este mes dos años. Como se ve, una longevidad muy variable.

Cosmos bipinnatus rosada
Las Tagetes las acabé cortando todas, pues estaban infestadas de hongos (nunca me había pasado) mientras que las Cosmos bipinnatus han aguantado bastante bien, dando flores blancas, rosa claro y unas rosa más oscuro que también tienen los pétalos más anchos. Todo esto a base de dejar caer las semillas propias una y otra vez. Las plantas actuales no tienen pinta de que vayan a durar mucho más, y se han quedado muy delgadas. Aunque no he mirado con detenimiento, no me ha parecido ver por el momento que haya semillas a la vista. Otro caso curioso fue el de las Lobelia siphilitica: todavía en plena floración, los tallos, hojas y flores empezaron a deteriorarse a un ritmo tan rápido que pensaba que perdía las plantas. En la base de los tallos empezaron a salir hojas, así que corté las partes afectadas. Las hojas de momento siguen verdes y parece que la planta seguirá creciendo desde ahí, quedando todo en un susto y un final prematuro para la floración, que era muy bonita.

En el balcón ha florecido durante gran parte del mes una Ipomoea anual que todavía intento averiguar qué especie es. La llevo cultivando desde el año pasado y la planta actual pertenece a una tercera generación tras las primeras semillas que sembré (añgo así como la "nieta" de la primera planta que tuve). No he podido hacer casi fotos porque las flores se empiezan a cerrar mucho antes del mediodía y muchas veces el viento todavía frustra más mis intenciones. No obstante algún día haré una entrada, pues tengo además fotos de la planta anterior, la de 2012.

Cosmos bipinnatus rosa oscuro
Todavía he tenido que lamentar una baja, un Iris siberica 'Blue King' que tuvo hojas y aguantó sin problema el verano, pero que empezó a pudrirse en estas últimas semanas. Brotaban hojas, amarilleaban al poco tiempo y se secaban. No entiendo por qué, puesto que la tierra no ha estado excesivamente mojada (¿cómo va a estarlo con este calor?) y éste es un iris apto para estanques, adaptado tanto al agua como a suelos moderadamente secos. Habrá que reponerlo a la próxima temporada si es posible, pues es una planta bonita que quería ver en flor y no pudo ser.

Las Martynia annua que brotaron tras las lluvias de agosto han llegado a buen puerto y estos últimos días de octubre se los han ido pasando floreciendo. Es curioso, pero al haber más plantas juntas no se han hecho tan grandes como la solitaria del año pasado. Su aspecto no es muy bueno ya, quizá porque la época en la que comenzaron a crecer quedó muy alejada del verano, pero ya parecen adivinarse algunos frutos en las flores que han caído.

Antirrhinum rosado
Las Tricyrtis han florecido durante todo el mes y se meterán en noviembre floreciendo, pero han ido muy escalonadas. Claro que también influye el hecho de que este año han sido más del triple de tallos floreciendo que el año pasado. De todos modos, muchos de éstos están empezando ya a pedir ser podados, pues están totalmente secos. Aunque para poda masiva las que han sufrido dos plantas vecinas de la anterior: a la maceta de hierbabuena, que corté desde la base en septiembre y se había regenerado estupendamente, he tenido que volver a podarla al ras porque las hojas estaban siendo pasto -nunca mejor dicho- de algún insecto, y habían perdido su porte y su aspecto impoluto. A las Digitalis purpurea me he visto obligado a eliminarlas totalmente. No a la especie, sino a todas las plantas adultas, las que sembré en 2011 y florecieron en 2012 y 2013. Estoy realizando un replantado en la maceta a base de trasplantar todas las plantas que fueron creciendo en macetas contiguas a partir de todas las semillas que cayeron. Muchas de ellas tienen un buen tamaño, pero tengo dudas sobre si serán capaces de alcanzar la talla para florecer en primavera. Si no, a esperar a 2015.

Ahora que ya hace fresco espero que el tiempo dedicado al riego ocupe menos y las plantas puedan ir a su ritmo. Mientras tanto, y con la mayoría de tareas importantes ya realizadas, durante noviembre toca dejar la terraza lo más aseada posible: todavía quedan muchos trozos de madera de muebles viejos que fueron apartados allí arriba hace años, que están en su mayoría podridos. Una vez hecho esto podré ampliar y reorganizar muchos puntos donde colocar plantas, especialmente en el rincón de semisombra, donde podré conseguir entre otras cosas hacer más efectivo este punto, colocando plantas en una pared -hoy ocupada- donde no da nada de sol directo. Los semilleros que mantengo en el patio los tendré que ir subiendo, porque ya apenas llega luz allí. Desde luego, aunque ya no sea tiempo de flores, aburrido no voy a estar.

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